Las intensas lluvias que han azotado el sur de Brasil han provocado inundaciones extremas, siendo una catástrofe sin precedentes en dicho país.
Según los datos, más de 100 personas han muerto y más 130 personas continúan desaparecidas en las zonas afectadas. Por ello, el gobierno de Brasil señaló que se trata del peor desastre natural de la historia del estado de Rio Grande do Sul.
Las fuertes lluvias resultaron que el Rio Grande do Sul se desborde, por lo que muchas personas han abandonado sus cauces.
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La agencia meteorológica MetSul advierte que la situación empeorará en los próximos días, con el agua alcanzando lugares «donde nunca antes había llegado».
Como muestra de ello, Porto Alegre, una de las ciudades afectadas, continúa recibiendo precipitaciones que han dejado parte de la ciudad a oscuras y sin agua potable en las inundaciones.
Los habitantes de Porto Alegre señalaron que la ciudad «nunca habían experimentado algo así».
Como apoyo, uno de los centros religiosos de esta ciudad ha implantado uno de los refugios temporales de personas que no pueden regresar a sus hogares.
Diversas viviendas resultaron completamente bajo el agua.
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Imágenes aéreas revelan la devastación total en algunas áreas, con ciudades enteras sumergidas.
El ministerio de Integración y Desarrollo Regional de Brasil abundó que se necesitará reconstruir las carreteras destruidas y se requerirá una fuerte inversión para rehabilitarlas.
Asimismo, hace dos días, se realizó una proyección de luces en el Cristo Redentor, en Río de Janeiro, con un mensaje de solidaridad para los afectados en Rio Grande Do Sul
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